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MARIO SALAS DURANTE LAS CELEBRACIONES DEL TÍTULO 19 DE SPORTING CRISTAL. FOTO: SPORTING CRISTAL

Hasta pronto, Comandante

José Rubén Yerén

@jryeren

Publicado: 2018-12-21


Muy pronto, Comandante. Esto apenas estaba comenzando. Los frutos empezaban a madurar -ya había caído el primero-, Cristal se alistaba a volar, los rivales ya bailaban a su ritmo, el manual de estilo se hacía carne, el hincha peruano descubría que otro fútbol es posible… Muy pronto.

Apenas un año y un título después, Mario Salas deja Sporting Cristal. Así ha sido la historia del entrenador chileno con el flamante campeón peruano: breve, pero intensa. Una ráfaga. Como su equipo en la cancha.

Su súbita partida apena, pero no sorprende. Este año espectacular de Cristal no ha pasado desapercibido. Sus números de récord (destacan su 68 % de puntos obtenidos, 116 goles a favor y 43 en contra) llamaron la atención de los grandes del continente. Chile lo espera.

Pero más que los números se recordará la forma. Campeones hay muchos y seguirán llegando. Con cuatro títulos en lo que va de década, además, Cristal sabe mucho de esto. Pero la manera brillante cómo ganó este campeonato 2018 perdurará en el recuerdo: protagonizando los partidos, defendiéndose con la pelota, yendo a buscarla a campo rival, ampliando el campo, y todo a un ritmo altísimo, poco común en nuestro medio. Así se juega en el primer mundo. Así arrasó en Verano y Apertura. Así arrasó a Alianza en la final.

SPORTING CRISTAL CELEBRA LUEGO DE DERROTAR EN LA FINAL A ALIANZA LIMA. FOTO: EL BOCÓN

Esa final ya es inolvidable. El fútbol, como la vida misma, te ofrece dos caminos: conservar lo que tienes o salir a buscar lo que te falta. Con el 4 a 1 de la ida en Matute, a Cristal le bastaba empatar en la vuelta para salir campeón. Tentador. Pero nada mejor que una final para demostrar la fortaleza de tus convicciones. Salas demostró de qué está hecho. Salió a mandar y a puro fútbol terminó barriendo a Alianza: 3 a 0. Un global de 7-1. Sí, las finales se juegan.

Fue lindo mientras duró. El Comandante se va porque busca un crecimiento profesional -y económico- que el fútbol peruano no le puede ofrecer. Es entendible. Más aún si el club que lo llama es Colo Colo, su gran amor. Y allá va Salas, dejando atrás un contrato, un proceso y un idilio que apenas comenzaba. Difícil juzgar los mandatos del corazón.

Salas llegó al Perú a retarse, se va siendo mejor entrenador. Su legado es más grande que solo un título. Y trasciende al Rímac. Nos demostró que el futbolista peruano puede jugar al ritmo de la alta competencia; solo hay que darle las condiciones. El Comandante le dio nivel a nuestro torneo. Le toca seguir construyendo su nombre como entrenador.

UNA CONSTANTE: SALAS DANDO INDICACIONES AL BORDE DEL CAMPO. FOTO: LÍBERO

Deja a Cristal siendo un mejor equipo y un mejor club. Volar internacionalmente será un poquito más difícil sin él. Pero no se acaba el mundo. Vendrá otro técnico y el proceso continuará pues hay un camino trazado. Un manual. Pero esta partida, en plena efervescencia ganadora, deja dolidos a hinchas convertidos en confesos admiradores de este Comandante que logró robarse el corazón de La Florida en menos de un año. Ni Oblitas ni Markarián, caray.

Se nos va muy pronto, Comandante. Se extrañará su fervor, su caballerosidad, su humor, su escuela. Pero a veces hay amores que simplemente no pueden continuar. Tienen fecha de caducidad. Es la vida. Dicen que amar también es dar un buen beso y dejar partir

“Ojalá pueda volver”, dijo Salas en su despedida. Ojalá. El día que el fútbol peruano pueda retener a un entrenador de su nivel significará que hemos empezado a crecer. Hasta entonces, Comandante.


Escrito por

José Rubén Yerén

Comunicador, cinéfilo, viajero comodón y defensor del fútbol de ataque.


Publicado en

Calladito nomás

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